Superficie ocular
Es de las patologías oculares más frecuentes y que en sus formas moderadas a severas , puede alterar la calidad de vida del paciente. El síntoma patognomónico es la “sensación de arenilla”.
El ojo seco puede ser provocado por múltiples causas, entre ellas autoinmunes, medicamentosas, infecciosas, postquirúrgicas, etc. Existen diversos estudios para clasificar la patología y así poder orientar el tratamiento que más se adecue al paciente.
Inflamación de la conjuntiva, multifactorial, que no responde al tratamiento clásico de conjuntivitis. Tanto en su forma infecciosa como no infecciosa, es relativamente frecuente.
Presenta un amplio abanico de cuadros, de gravedad muy diferente. Son pacientes que suelen tener secreción, lagrimeo y ojo rojo por varias semanas. Hay que realizar estudios para determinar la causa y poder tratarla.
Es un trastorno inflamatorio crónico que afecta la piel y los ojos. Se asocia a disfunción de las glándulas sebáceas de la cara, cuero cabelludo y hombros. A nivel oftalmológico, se manifiesta con un cuadro de ojo seco de tipo evaporativo con secreción excesiva de sebo causando blefaritis seborreica crónica recidivante. En el borde palpebral se pueden observar telangiectasias, distorsión, alteraciones y disfunción de las glándulas de meibomio que pueden predisponer a tener orzuelos a repetición y síntomas de ojo seco. El cuadro puede progresar generando otras alteraciones en la superficie ocular de distinta gravedad.
Es importante realizar controles oftalmológicos frecuentes para diagnosticar a tiempo y poder brindarle al paciente alivio de sus síntomas, mejorar su calidad de vida y evitar las consecuencias de esta patología a nivel ocular como atrofia glandular, aumento de la sintomatología de ojo seco, fibrosis conjuntival, cicatrización y vascularización corneal pudiendo causar disminución visual.
Son patologías del borde palpebral, y la causa más frecuente de ojo seco. Afectan la calidad de la lágrima ya sea por inflamación de las Glándulas de Meibomio, o de la base de las pestañas. Puede a su vez, generar enrojecimiento del borde del párpado, picazón, caída de pestañas y orzuelos.
En casos crónicos que no mejoran con higiene palpebral y tratamiento local, se puede realizar IPL (luz pulsada intensa) para drenar las glándulas de los parpados.